lunes, 9 de enero de 2012

CÁNCER Y CÍTRICOS




            El grupo de los cítricos designa a un conjunto de arboles pequeños (entre 5 y 15 m de altos), cuyos frutos contienen un alto porcentaje de vitamina C y ácido cítrico. Sus representantes más conocidos, son: el limón, la naranja, la mandarina,  el pomelo y la lima. La mayoría de las especies cultivadas, son híbridos, que se obtienen injertando varias variedades.
            El cultivo del naranjo se realiza en el Sur de China desde hace miles de años y se fue extendiendo paulatinamente por la Ruta de la Seda. Los árabes, introdujeron el naranjo amargo en Europa  por el sur de España en el siglo X, pero, el naranjo dulce, comenzó a cultivarse en este continente, en el siglo XV- XVI. Al parecer en el siglo XIX, se descubrió en Brasil, una naranja más dulce y jugosa, que se llevó a California y cuya variedad, se conoce con el nombre de Navel Washington2, en España (por lo menos en Granada), la llamamos Washingtona.
            El limón y la Lima, también tiene su procedencia de Asia.  Pero el pomelo, un híbrido de la pampelmusa (citrus máxima) y la naranja dulce, que surgió al parecer, de forma espontánea, tiene su origen en el mar del Caribe (el mar de los piratas, Jamaica, Antillas, Puertorico…), allá por el siglo XVII3.
            La composición nutritiva de los cítricos, tiene muy poco valor energético, unas 36 calorías por cien gramos de producto consumido, ya que prácticamente, el 90 % de su composición, es agua. Pero, aparte de la vitamina C, los cítricos, contienen una grán cantidad de compuestos fito-químicos diferentes, polifenoles como las flavononas y en especial la hesperidina, terpenos, ácido cítrico, etc. Muchos de ellos, tienen propiedades antiinflamatorias, propiedad, que como ya hemos dicho otras veces, contribuye a la prevención del cáncer. También contienen  ácido fólico, Beta-carotenos y minerales ( calcio, potasio y magnesio).
 Las propiedades antiinflamatorias, se deben a los polifenoles, que actúan manteniendo la integridad de los vasos sanguíneos, tan importantes en los procesos inflamatorios. Pero además, la vitamina C, es un excelente anti-oxidante, que neutraliza a los radicales libres y los transforma en productos inofensivos. Además, los cítricos, se utilizan desde hace siglos, en la medicina tradicional de muchos países asiáticos.
            Pero antes de continuar, veamos, que son los famosos radicales libres de que tanto se habla4.  Pues bien, los radicales libres, son un átomo o grupo de átomos, que han perdido un electrón, estos átomos, recorren el organismo, tratando de robar ese electrón a moléculas estables, si consiguen recuperarlo, se conviertes en sustancias inofensivas,  pero, la molécula a la que han conseguido robárselo, se convierte a su vez en un radical libre, que también  trata de robar el electrón y este proceso, sigue durante toda la vida, pudiendo en determinado momento dañar a la célula y comportarse como un cancerígeno. Por eso, nuestro organismo, crea sus defensas y produce unas enzimas (unas sustancias), como la catalasa o la dismutasa, que son encargadas de neutralizarlos. También se pueden controlar los radicales libres, mediante sustancias antioxidantes (ellos son oxidantes). Estos  antioxidantes, son capaces de donar un electrón,  sin que sea necesario que el radical libre, ataque a nuestras células. Por ello, debemos luchar contra los radicales libres, que son sustancias oxidantes, producto de la contaminación atmosférica, del humo del cigarrillo, de la toma de algunos alimentos, como las grasas trans (os dije en el capitulo anterior, que no había encontrado mucha bibliografía sobre grasas trans y cáncer, pero ya veis, que por razonamiento, tenemos que considerarlas presuntas sustancias cancerígenas), etc. En definitiva, tenemos que luchar contra los radicales libres (oxidantes), con anti-oxidantes,  y estos antioxidandes, se encuentran en muchos alimentos. Ya hemos hecho referencia a algunos de ellos, en capítulos anteriores, por ejemplo: Los β-carotenos presentes en tomate, zanahoria, melocotón…, La vitamina E presente en aguacate, espárragos, brócoli…. Y la vitamina C, presente en muchos alimentos entre ellos los cítricos.
            Ahora, veamos, que hay de cierto, en la posible acción anticancerosa de los cítricos.
            El World Cancer Research Fund, Food, Nutrition, Physical Activity, and the prevention of Cancer: A Global Perspective (Informe buenísimo, sobre los alimentos y el cáncer de la Fundación para la investigación y Prevención del Cáncer), nos dice, que los cítricos, incluidas todas sus variedades, protegen contra el cáncer de boca, faringe, laringe, pulmón y esófago, sin embargo, no existen evidencias significativas de que lo haga contra el cáncer de páncreas, próstata, hígado, colon-recto y de otras localizaciones.
            También en éste informe encuentran evidencias, de que la protección, guarda relación con el incremento de la cantidad tomada (naturalmente con ciertos límites).
            Y una evidencia curiosa y es que la asociación de la toma de cítricos y vegetales que no contengan almidón (las verduras), disminuyen el riesgo de padecer los tipos de cáncer antes señalados, más, que si se toman los cítricos solos.
            El mecanismo intimo de la acción anticáncer, no es bien conocido, pero podemos pensar, que al contener antioxidantes, vitamina C, fenoles, flavonoides y otras sustancias, neutralizan los radicales libres (como os dijimos más arriba). Pero los polifenoles que contienen, actúan por otros mecanismos, determinando apoptosis de las células cancerosas (ya sabéis apoptosis = suicidio),  también actúan inhibiendo la formación de carcinógenos en el interior de nuestro organismo y protegiendo al ADN de ataques mutagénicos.
            En lo que respecta a la bibliografía que hemos investigado personalmente, veamos sus conclusiones:
            Podemos decir, que por ejemplo, el Dr Camargo et al. de la Universidad de Sao Paulo en Brasil,  realiza un estudio en ratas, con carcinosarcoma generalizado y en estado de caquexia (malnutrición extrema) a las cuales les inyecta intraperitonealmente (dentro del abdomen) diferentes dosis del flavonoide naringin, un compuesto polifenólico de los cítricos, durante 50 días y ocurrió algo sumamente interesante, las ratas en tratamiento inhibieron el crecimiento del tumor y aumentaron la supervivencia, incluso, dos de ellas, tuvieron una remisión completa. En el grupo control, que no recibieron tratamiento alguno, el tumor evolucionó de forma habitual (fatal)5.
            Se han realizado otros muchos estudios de laboratorio , en células de cáncer cultivadas y en ratas y ratones vivos, con diferentes flavonoides, contenidos en los cítricos, como: la naringina, la hesperidina, la criptoxantina, la nomilina, la obacunona y su glucósido y la nobelitina, obteniendo buenos resultados. También se han realizado estudios con zumos de diferentes cítricos, con resultados muy favorables, ya que actúan provocando la apoptosis (suicidio) de las células cancerosas, bien evitando el desarrollo tumoral o bien, retrasando o impidiendo las metástasis. En definitiva,  aumentan la supervivencia en los casos de estudios in vivo, con ratas o ratones o retrasan el desarrollo de las células tumorales cultivadas. Los estudios,son para los siguientes tipos de cáncer, mama, esófago, estómago, páncreas, pulmón, colon y riñón6-7-8-9-10-11-12-13-14—16-18-19-20-21-22.
            En el único estudio en humanos que encuentro,  se llega a la conclusión, de que los cítricos, pueden proteger del cáncer de esófago y estómago15.
            Ya os dije en otra ocasión, que los estudios epidemiológicos  en humanos, de un solo alimento,  son muy difíciles de realizar, ya que los factores que pueden determinar las respuestas, son múltiples (otros alimentos, el tabaco, cancerígenos ambientales, modos de vida, obesidad, etc.)

            Para terminar con esta parte del tema, os diré, que el zumo de pomelo previene los daños que pueden ocasionar al ADN ciertas sustancias, entre ellas, un agente utilizado en quimioterapia, la ifosfamida17.

             CONCLUSIONES:

                        1ª. Los cítricos, contienen muchos polifenoles, muchos de los cuales, previenen e incluso retrasan el desarrollo de ciertos tipos de cáncer, sobre todo, de faringe, laringe, esófago y estómago.

                        2ª. Que su efecto se incremente si los tomamos conjuntamente con té verde o con vegetales sin almidón (las verduras).

                        3ª. Que lo mismo que protegen de los daños de la ifosfamida contra el ADN de nuestro organismo, puede ser, que protejan de los efectos nocivos de otros citostáticos. Por tanto si se está en tratamiento con “quimio” podemos ayudar con los cítricos.
           
                        Que toméis naranjas y limones que contienen los polifenoles que os hemos indicado, pero, además, contienen vitamina C indispensable para muchas funciones orgánicas y que además, ¿a lo mejor tiene funciones anticancerígenas?, pero esto lo veremos en el siguiente capítulo.

                         
            Bibliografía:
                       
1.      Citricos-Monografias. com www.monografias.com › Agricultura y GanaderiaEn caché  - Similares
2.      Naranjas Guía de Frutas CONSUMER EROSKI frutas.consumer.es › Las frutas una a unaEn caché  - Similares
3.      Citrus x paradisi – Wikipedia.  es.wikipedia.org/wiki/Citrus_×_paradisi
4.      ¿Qué son los radicales libres? www.lukor.com/ciencia/radicales_libres.htm
5.      Camargo CA, Gomes-Marcondes MC, Wutzki NC, Aoyama H. Narinjgin Inhibits Tumor Growth and Reduces Interleukin-6 and tumor Necrosis Factor α Levels in Rats with Walker 256 Carcinosarcoma. Anticancer Res. 2012 Jan;32(1):129-33.
6.      Ye L, Chan FL, Chen S, Leung LK. The citrus flavones hesperetin inhibits growth of aromatase-expressing MCF-7 tumor in ovariectomized athymic mice. J Nutr Biochem. 2011 Dec 30.
7.       Lee DH, Park KI, Park HS, et al. Flavonoids Isolated from Korea Citrus aurantium L. Induce G2/M Phase Arrest and Apoptosis in Human Gastric Cancer AGS Cells. Evid Based Complement Alternat Med. 2012;2012:515901.
8.       Tanaka T, Tanaka M, Kuno T. Cancer Chemoprevention By Citrus Pulp and Juices Containing High Amount of β-Cryptoxantin and Hesperidin. J Biomed Bitechnol. 2012;2012:516981.
9.       Alshatwi AA, Shafi G, Hasan TN, et al. Apoptosis-mediated inhibition of human breast cancel cell proliferation by lemon citrus extract. Asian Pac J Cancer Prev. 2011;12(6):1555-9.
10.   Qin L, Jin L, Lu L et al. Naringenin reduces lung metastasis in a breast cancer resection model. Protein Cell. 2011 Jun:2(6):507-16.
11.   Practheeshkumar P, Raphael TJ, Kuttan G. Nomilin Inhibits Metastasis via Induction of apoptosis and Regulates the Activation of Transcription Factor and the Cytokine Profile in B16F-10-Cells. Integr Cancer Ther. 2011 Jun 10.
12.   Chidambara Murthy KN, Jayaprakaska GK, Patil BS. Obacunone and obacunone glucoside inhibit human colon cancer (SW480) cells by the induction of apoptosis. Food Chem Toxicol. 2011 Jul;49(7):1616-25.
13.   Chidambara Murthy KN, Jayaprakaska GK, Kumar V, et al. Citrus limonin and its glucoside inhibit colon adenocarcinoma cell proliferation through apoptosis. J Agric Food Chem. 2011 Mar 23; 59(6):2314-23.
14.   Chidambara Murthy KN, Jayaprakaska GK, Patil BS. Apoptosis mediated cytotoxicity of citrus obacuonone in human pancreatic cancer cells. Toxicol In Vitro. 2011 Jun;25(4):859-67.
15.   Steevens J, Schouten LJ, Goldbohm RA, Van Den Brandt PA. Vegetables and fruits consumption and risk of esophageal and gastric cancer subtypes in the Netherland cohort study. Int J Cancer. 2011 Jan 10.
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miércoles, 4 de enero de 2012

CANCER Y CONSUMO DE GRASA. III



            La primera parte es un tanto aburrida, pero creo que debéis leerla, para poder discernir  que son los diferentes ácidos grasos y que son las grasas trans.
           
            Os decía en el artículo anterior, que todo el mundo habla de la “maldad de las grasas en la alimentación”,  pero también os decía, que además de aportar una gran cantidad de energía, nada menos que 9 calorías (kilocalorías) por gramo,  cumplen unas funciones muy importantes en nuestro organismo.
            Para que se comprenda bien el tema, tengo que explicar una parte un tanto “farragosa”. Generalmente, con el nombre de grasa, se designa a la unión de varios ácidos grasos con una molécula de glicerina. Si se une un solo ácido graso con glicerina, se habla de monoglicéridos (mono = uno), si se unen dos ácidos grasos a la molécula de glicerina, se habla de diglicéridos (di = dos), pero los que sin duda conocéis la mayoría de vosotros, son los triglicéridos (tri = tres), los médicos, pedimos habitualmente en los análisis de sangre, que nos digan “las grasas de la sangre”, el colesterol bueno (HDL), el colesterol Malo (LDL) y los triglicéridos.
            Las grasas, forman una categoría de lípidos, que se distinguen de otros lípidos por su estructura química y sus propiedades físicas y dentro de ellas, existen unas, que son comestibles y otras que no lo son. Naturalmente, nosotros nos dedicaremos a hablar de las primeras.
            También recomendábamos, que  las grasas, deben representar entre un 15 y un 30 % de la energía suministrada al organismo, en forma de alimentos. Pero, no solo debemos hablar de cantidad, sino también de calidad. Al igual que os decíamos que hay unos aminoácidos esenciales, que son indispensables para el ser humano y que nuestro organismo no puede sintetizar,  lo mismo ocurre con los ácidos grasos, existen unos ácidos grasos, que son esenciales y que por tanto, tenemos que obtenerlos con los alimentos. Volveremos después a estos ácidos, porque ahora, tenemos que aclarar algunas otras cosas. 
            En principio vamos a ver que es un ácido graso1-2-3, un ácido graso, está formado por una larga cadena de átomos de carbono, enlazados con dos átomos de hidrógeno, salvo el primero, que se enlaza con tres hidrógenos y el último, que se une a dos átomos de oxígeno y uno de hidrogeno (se llama grupo carboxílico)  CH3 - CH2 – CH2……………… COOH. Ahora bien, existen varios tipos de ácidos grasos:
1.      Ácidos grasos saturados. Son ácidos grasos sin dobles enlaces (el enlace, son las rayitas que ponemos, si ponemos – es una,) CH3 – CH2 – CH2 – CH2…… solo tienen un enlace y sus cadenas, son rectas, por eso se pueden apretar unas contra otras (imaginaros un acordeón si presionamos se aprieta). Las grasas saturadas, están formadas por la unión de ácidos grasos de este tipo y son sólidas a temperatura ambiente y en el frigorífico (están apretadas). Ejemplos de ellas, son: Mantequilla, tocino, sebos, manteca de cacao u otras.
2.      Los Ácidos grasos insaturados, son ácidos grasos, que tienen algunos dobles enlaces en su cadena CH3 – CH2 – CH2 = CH2………… (veis, entre el C que ocupa el lugar 3 y el C del 4, existe un doble enlace =), este doble enlace es un punto de rigidez (es un acordeón que tuviera un fuelle rígido, solo podríamos apretarlo por ambos lados hasta el fuelle rígido) y así ocurre en las grasas, las cadenas, solo se pueden apretar hasta el doble enlace y son más fijas, por eso las grasas que forman, al no poderse apretarse del todo, suelen ser líquidas a temperatura ambiente. Ahora bien, dentro de estos ácidos grasos, existen varias clases, y son: a. Monoinsaturados, solo tienen un punto de rigidez (solo un doble enlace =) y  las grasas formadas por ellos, solo pueden apretarse un poco, hasta donde esté el doble enlace, por eso son líquidos a temperatura ambiente, pero se solidifican en nevera. Un ejemplo de ellos es el aceite de oliva. b. Poliinsaturadas, tienen varios puntos de rigidez, es decir, tienen varios dobles enlaces, por tanto tampoco pueden apretarse y las grasas que forman son más fluidas. Ejemplos de ellos, son: aceites de pescado, soja o girasol.
Dentro de este grupo de ácidos grasos poliinsaturados, existe un subgrupo, que se obtiene por procedimientos industriales, son las llamadas grasas trans,  no existen en la naturaleza y se obtienen  por hidrogenación de grasas poliinsaturadas, pero al someterlas a este procedimiento, los ácidos grasos, pierden los dobles enlaces y por tanto, pueden “apretarse más” por lo que a temperatura ambiente estas grasas, son sólidas. Al mismo tiempo que pierden los dobles enlaces, sufren otros cambios y estos cambios, pueden dañar a las células de nuestro organismo, la FAO/OMS, determinó que las grasas trans, eran incluso más perjudiciales, que las grasas saturadas. ¿sabeis cuales son estas grasas?, pues son las margarinas, de las que tantas bondades habéis oído o visto en anuncios de televisión, radio, etc. (en los últimos tiempos, están fabricando margarinas con menos “trans”, pero de todas formas contienen un porcentaje importante). También existen en alimentos preparados, como bollería, pastelería, patatas chips…..
            Bueno, pues ya sabemos lo que son Grasas saturadas, grasas monoinsaturadas, grasas poliinsaturadas y grasas trans.
            Para continuar, tenemos que saber de forma sencilla y concisa, como se realiza la nomenclatura de los ácidos grasos. Vamos a utilizar el procedimiento del alfabeto  griego  y solo vamos a decir, que al primer carbono de la cadena de los ácidos grasos, (ya recordáis la cadena, CH3 – CH2 – CH2……………..COOH), es decir al CH3, le llamamos omega (ω) y  según en qué carbono, se encuentre el doble enlace (la rigidez de que hablábamos antes) diremos, es un ácido ω 3, si el doble enlace, se encuentra entre el carbono 3 y el 4, CH3 – CH2 – CH2 = CH2 - ………., si el doble enlace se encuentra entre el carbono 6 y el 7, diremos que es un ω 6, CH3 – CH2 – CH2 – CH2 – CH2 - CH2 = CH2 - …………… y si está entre el carbono 9 y 10, se dirá que es un ácido graso  ω 9, no es muy difícil ¿no?, bueno, si consideráis que es difícil, quedaros solo con lo que digo en las conclusiones.
            Ahora, hemos de indicar, que la mayoría de los ácidos grasos, los puede fabricar nuestro organismo y no solo a partir de las grasas,  a veces,  cuando tomamos un exceso de proteínas o de hidratos de carbono, estos se convierten en grasas. Sin embargo, existen unos ácidos grasos que se llaman esenciales y que nuestro organismo no puede fabricar (ya os lo dije más arriba) y por tanto hay que tomarlos con los alimentos. Estos ácidos grasos, son los  ω (omega) 3 y los ω 6. Con los omega 6, no hay problema de alimentación, las carnes, los huevos y muchas verduras, contienen éste tipo de ácidos.
            Por el contrario, los ω 3, son menos abundantes y se encuentran principalmente en pescados azules (sardina, arenque, caballa, boquerón….. ) y algunos vegetales, el aceite de linaza es el que más contiene (comestible, no el industrial) también se encuentra en el aceite de nuez y en menor cantidad en  aceite de soja( pero en este caso la cantidad de ω-6  es mucho mayor que la de ω-3).
            La Asociación Americana del Corazón (AHA), hizo unas recomendaciones, que son:
            1º. La ingesta diaria de energía en forma de grasas, debe estar comprendida entre el 15 y el 30 % del total de la recomendada.
            2º. El 50 % de las grasas ingeridas, deben ser de ácidos grasos monoinsaturados como el aceite de oliva, el aguacate y algunos frutos secos. Tienen un beneficio importante, rebajan “el colesterol malo LDL” y “aumentan el bueno HDL”
            3º. El 25 % de las grasas ingeridas debe ser de ácidos grasos poliinsaturados tipo omega 3 (pescados azules, nueces, avellanas, almendras, soja) reducen el colesterol malo, pero sobre todo, reducen los triglicéridos, y los omega 6 (aceite de soja, girasol, carne, huevos y vegetales) reducen tanto el colesterol bueno, como el malo. Dada la importancia de este tipo de grasas, hablaremos más extensamente sobre ellas.
            4º El 25 % debe ser en forma de ácidos grasos saturados (tocino, mantequilla, queso, leche y grasas animales). Estas grasas, aumentan “ el colesterol malo LDL” pero parte de ellos pueden ser sustituidos por monoinsaturados (aceite de oliva). De modo que si rebajamos la cantidad consumida al 10%, es mucho mejor.
            5º Las grasas trans, son artificiales (margarina y mantecas vegetales) y son las “más malas”, “elevan el colesterol malo y los triglicéridos” y “disminuyen el colesterol bueno”, además, como os hemos dicho, pueden dañar a las células.  
            Ahora, ya, vamos a centrarnos en el tema. Grasas y cáncer.
            Ya sabemos que los ácidos grasos  ω 3 y ω 6, son ácidos grasos poliinsaturados esenciales y también sabemos, que la cantidad de ω 6 que tomamos en la alimentación, generalmente es muy alta, puesto que se encuentran en carnes, huevos, muchas verduras, aceites de soja y de girasol…. y aportan una gran cantidad de ácido linoleico (AL), el más importante de este tipo de ácidos.
            Por el contrario, los ácidos grasos  ω 3 se encuentra en la naturaleza con mayor dificultad (hemos dicho, que se encuentra en  pescados  azules, en algunos frutos secos y en el aceite de linaza). La relación de ingesta perfecta entre, ω 3 y ω 6 debería ser 1/1, es decir deberíamos tomar la misma cantidad de los dos, pero esto hoy día, no se cumple. Según la AFSSA (Agencia Francesa de Seguridad Sanitaria), existe una relación entre los ω 3 y los  ω 6 que tomamos, insuficiente, de modo que se toman muchos ω 6 y  pocos ω 3 el desequilibrio puede ser muy importante llegando hasta ser de entre 1/15, hasta 1/40, esto es muy desfavorable para la salud, de tal manera, que por esta causa, pueden aumentar las enfermedades cardio-vasculares y el cáncer4.
            Miren, se sabe que los ácidos omega 6, entre otras funciones participan favoreciendo la inflamación, mientras que, los omega 3, son esenciales para crear moléculas antiinflamatorias y sabemos, que uno de los primeros mecanismos para desarrollar el cáncer, es el proceso inflamatorio. Por tanto, podemos decir que los omega 6 (por encima de unas cifras adecuadas), son factores que facilitan el cáncer y por el contrario los omega 3, lo previenen23. Y ¿porqué creemos esto?, pues según parece, las enzimas (que son unas sustancias que intervienen en las reacciones químicas, para transformar una sustancia en otra), que intervienen en la transformación de los omega 3, son las mismas que transforman los omega 6 en moléculas inflamatorias y ocurre, que si ingerimos muchos omega 6, estas enzimas, trabajan casi exclusivamente para transformar éste tipo de grasas y “olvidan” o “ignoran” a los pocos omega 3 que hemos consumido, por lo que estos, no pueden fabricar antiinflamatorios y por tanto, se puede favorecer el cáncer5-6.
            Veamos ahora que nos dice la bibliografía sobre el tema que estamos tratando.
            Existe cierta controversia, por ejemplo, el Dr Khayat4 en su libro de la Biblia Contra el Cáncer, dice que no existen pruebas de que  los omega 3, los 6 o los 9, intervengan en la aparición o prevención del cáncer. Se basa en publicaciones verdaderamente fiables, como la realizada por MacLean et al. en JAMA (una revista médica de extraordinario prestigio)38, en ella se concluye que no existe asociación entre la ingesta de ácidos grasos omega 3 e incidencia de cáncer y también dice que El World Cancer Research Fund, Food, Nutrition, Physical Activity, and the prevention of Cancer: A Global Perspective (Informe buenísimo sobre los alimentos y el cáncer Fundación para la investigación y Prevención del Cáncer) no cita a los ácidos grasos para nada. Pero esto no es cierto, si cita a los pescados y concluye, que las evidencias de que la toma de pescados disminuye  la incidencia de cáncer son limitadas. Además agrega, que los beneficios y los perjuicios (por la contaminación del mar) pueden estar igualados.
            Sin embargo, en mi revisión de Pub Med las cosas cambian un poco, quizá porque mi bibliografía se prolonga hasta finales de 2011 y el informe de la Fundación antes mencionada, se terminó en el 2007. He recogido naturalmente  las publicaciones que he creído más representativas.
            Existen varios trabajos, que nos indican que un aumento de la ingestión de ω-6, redunda en un aumento de cáncer de mama. Por el contrario, si se aumenta la ingestión de  ω-3, la disminución de cáncer de mama es significativa7.
            En un estudio realizado por el Dr. Williams CD et al. en la Universidad de Durhan (USA)8, su objetivo  era estudiar la asociación entre los  ω 3 y ω 6 y el cáncer de próstata y se llega a las siguientes  conclusiones: 1ª no existe una asociación significativa entre la toma de ω 3 y ω 6 y el cáncer de próstata. 2ª Sin embargo, una alta toma de ω 6 y baja de ω 3 (ω 6/ ω 3) si se asoció con una mayor incidencia de cáncer de próstata de alto grado de malignidad, pero no con bajo grado de malignidad y 3ª si se consideraba la raza de las personas, la toma elevada de  ω 6 y baja de ω 3, se asocia con alta incidencia de cáncer de próstata en la raza blanca pero no en la negra.  Un trabajo similar pero referido a cáncer de colon, da, los mismos resultados, el cáncer de colon aumenta en personas blancas con un aumento de ingestión de ω-6 y baja  en  ω-3 y sin embargo en personas afro-americanas, no tiene lugar dicho aumento11. Es posible (no lo sé, porque los trabajos no lo indican), que esa diferencia, se deba a influencias genéticas, ya que otro trabajo10, indica que los genes de la persona, juegan un importante papel en el aumento de cáncer de próstata y una alta relación entre la toma de ácidos grasos  ω-6 / ω-3. Es posible, que ocurra lo mismo en el cáncer de colon.
            Una alta ingesta de  ω-3, se ha relacionado con una disminución de cáncer de colon, mama, próstata y piel 9-11-12-13-14-15-20-22-39 y también algún trabajo concluye, que disminuye la incidencia de pólipos (pequeños tumores en principio benignos que pueden degenerar y convertirse en malignos) en el colon19.
            En este trabajo que os expongo, llevado a cabo por el Dr. Hursting et al. Del Centro de Investigación y Prevención del Cáncer de Seattle (USA)16, con datos de 20 países, desde 1973 a 1977, llegaron a las siguientes conclusiones: En su conjunto, la toma de grasas en general guardaba una correlación con el cáncer de mama, colon y próstata. A más ingestión de grasas, mayor proporción de cáncer en estos territorios, sin embargo el cáncer de pulmón y de cuello de útero, no se relacionó con la toma de grasas totales. La toma de grasas saturadas (tocino, grasas animales), aumenta la incidencia del cáncer de mama, próstata y colon, mientras que las grasas monoinsaturadas (como el aceite de oliva), no se correlacionan con ningún tipo de cáncer. Los omega 3 (aceites de pescado, nueces, lino) determinan una insignificante disminución del cáncer y por el contrario, los otros tipos de grasas poliinsaturadas omega 6  (soja, girasol, maíz..)] sí determinan un aumento de cáncer de mama y próstata, pero no de colon.
            Cada, vez que reviso más bibliografía, voy confirmando  el aspecto perjudicial de algún tipo de grasas (saturadas y omega 6) y el beneficioso de los omega-3 y no solo en lo que se refiere a la prevención, sino también como coadyuvantes del tratamiento. Así el Dr. Wang et al.,  comprobaron, que aquellos enfermos de cáncer de próstata, tratados con sustancias antiandrogénicas (anti hormonas masculinas) y que presentan resistencia a estas sustancias, pueden mejorarla, si realiza una dieta elevada con omega 317.
            Es cierto que el siguiente trabajo del Dr Goldfarb et al. de la Universidad de Tel-Aviv, fue realizado en roedores, pero las conclusiones son sumamente interesantes. Saben lo que concluyen, pues nada más y nada menos que a los roedores con cáncer que le extirpan el tumor primario, tardan mucho más tiempo en presentar metástasis, cuando se someten a una dieta abundante de grasas de pescado (omega-3) y aquellos otros que presentaban metástasis en el momento de la intervención y extirpan tanto el tumor primario como las metástasis, aumentan la supervivencia y retrasan la aparición de nuevas metástasis si se someten en el postoperatorio a dieta de aceite de pescado.  Hay que realizar más estudios en éste sentido, pero creo, que es recomendable, que las personas que se encuentran en esta situación (Intervenidas de cáncer, con o sin metástasis), deben aumentar la toma de pescado azul18. En otro trabajo, se concluye que algunos ácidos poliinsaturados dentro del grupo omega-3, tienen acción tumorícida (destruyen células tumorales) y coadyuvan en el tratamiento con citostáticos21.
            Finalmente, algún trabajo, señala que el aceite de pescado, retrasa el desarrollo del linfoma (un tipo de “cáncer de la sangre” que se descubre habitualmente al “notarse los ganglios inflamados”)  y la diseminación del glioma ( un tumor maligno del cerebro)24-25.
            Bueno, creo, que es suficiente y que con algunas dudas,  podemos concluir que los ácidos grasos poliinsaturados tipo omega-6 favorecen el desarrollo del cáncer y por el contrario los omega-3, lo previenen, lo retrasan y coadyuvan al tratamiento, tanto quirúrgico como con citostáticos.
            Pero y con las grasas trans, ¿qué pasa?, pues veamos: Está bien establecido y así lo afirma el comité de Expertos de la OMS/FAO que la toma de ácidos grasos tipo trans, favorece las enfermedades cardiovasculares y disminuye el HDL (colesterol bueno de la sangre), de tal forma que aconseja que el consumo de grasas trans sea inferior al 2%. Dinamarca y Canadá ya en el año 2006, limitaron la cantidad de grasas trans contenidas en bollería, pastelería, sopas de sobre, patatas chip, etc. al 2% y además obligan a rotular todos los alimentos que contienen estas grasas. Muchos países de América del centro y sur, han seguido estas directrices27. Sin embargo, la Unión Europea y en concreto España que yo sepa no ha incluido esta legislación en la seguridad alimentaria.  Si hemos encontrado alguna bibliografía que índica, que Sanidad va a introducir este requisito, pero por el momento no lo he encontrado. Es cierto, que muchas empresas industriales, lo están  cumpliendo, pero no es obligado y por tanto pueden existir marcas que no lo cumplan.
            Hemos encontrado datos de que las grasas trans, interfieren en el metabolismo de los ácidos grasos esenciales28, puede influir en el sistema nervioso, provocando movimientos desordenados29, puede determinar hepatopatía (enfermedad del hígado) y ejercer efectos oxidantes sobre la célula30. Tomadas durante el segundo trimestre de embarazo, puede determinar un crecimiento importante del feto31, puede determinar arteriosesclerosis, enfermedad coronaria32 y ser proinflamatorias (favorecer la inflamación)33-34,
            En cuanto al trabajo que nos interesa, grasas trans y cáncer, tengo que remontarme al año 2009, para encontrar una publicación en la que se relaciona la toma de grasas trans, con un aumento del cáncer colo-rectal en la raza blanca, pero no en afro-americanos35, sin embargo, el mismo autor, había realizado un trabajo previo, en el que no encontró, relación de cáncer de colon y grasas trans. En una mini-revisión de este tema, el Dr. Smith et al, concluye que no existen datos consistentes que asocien cáncer de colon, mama o próstata con la toma de este tipo de grasas36. Otra revisión del Dr. Thompson et al. también concluye en la no relación  entre cáncer e ingestión de grasas trans37.
            Hay una cosa que quiero aclarar, los alimentos que contienen ácidos grasos omega tres son:
 1º Los frutos secos, en especial las nueces, pero muchas nueces tendríamos que tomar para obtener beneficio de estas grasas.
2º El aceite de linaza (que podemos obtener en algunas parafarmacias,), tiene una proporción muy interesante de ω-6 / ω-3. Pero resultan que son muy inestables a la luz y se ponen rancios en poco tiempo, además si se oxidan aparecen los “radicales libres” (ya os dije que son posibles cancerígenos).
3ª La fuente más importante de omega-3 son los pescados en especial el pescado azul, aquí tenemos otro problema, las aguas actualmente se encuentran muy contaminadas, por dioxinas, mercurio, arsénico, pesticidas, etc. y muchas de estas sustancias pueden ser cancerígenas. Entonces ¿qué hacer?, ¿tomamos o no tomamos pescado?, de momento, os aconsejo tomar más pescados pequeños, sardinas, boquerones, caballa… y  tomar menos peces grandes, como atún, cazón, aguja, etc. Este tema, es tan importante, que otro día, trataremos de la contaminación de pescados y ganado y de cómo, pueden cambiar las grasas de estos animales con la alimentación.
 CONCLUSIONES.
            1ª.  Los  ácidos grasos saturados contenidos en tocino, mantequilla y grasas animales en general, pueden comportarse como cancerígenos.
            2ª.  Los ácidos grasos monoinsaturados como el aceite de oliva, no están relacionados con el cáncer, pero como sabemos aumenta el colesterol bueno y disminuye el malo, reduciendo la incidencia de las enfermedades cardiovasculares.
            3ª. Los ácidos grasos poliinsaturados, tipo  ω-6, contenidos en mayor proporción en aceites de soja, girasol, carnes, huevos y muchas verduras   pueden comportarse como cancerígenos.
             4ª.   Los ácidos grasos tipo  ω-3,  pueden prevenir el cáncer de mama, próstata y colon, sobre todo cuando la proporción de  ω-6 / ω-3, es baja, es decir cuando se consumen pocos ω-6  y muchos ω-3. Además ayudan a retrasar la aparición de metástasis tras tratamientos quirúrgicos o con citostáticos.
          5ª.  La mejor fuente de  ω-3 son los pescados azules, pero por aquello de la contaminación, aconsejo consumir preferentemente pescado pequeño, boquerón, sardina, caballa.
          6ª. Las grasas trans, son muy perjudiciales se encuentran en margarinas, bollería y pastelería preparada, pizzas precocinadas, conservas que dicen que “contienen aceites vegetales sin especificar”, posiblemente no sean carcinógenos, pero su efecto sobre el colesterol es dañino. Aumenta el colesterol malo y disminuye el bueno, además favorecen la aparición de enfermedades cardiovasculares, hepáticas e incluso de los nervios motores.  
       Cuaando compréis margarina o algún alimento procesado, debéis leer su contenido y si no indica expresamente "NO CONTIENE GRASAS TRANS", no lo compréis.
             
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En el próximo capítulo  creo que hablaremos de la Vitamina C y el cáncer, también es posible, que aclare algunos supuestos beneficios de la misma.