La primera parte es un tanto
aburrida, pero creo que debéis leerla, para poder discernir que son los
diferentes ácidos grasos y que son las grasas trans.
Os decía en el
artículo anterior, que todo el mundo habla de la “maldad de las grasas en la
alimentación”, pero también os decía,
que además de aportar una gran cantidad de energía, nada menos que 9 calorías (kilocalorías) por gramo, cumplen unas funciones muy importantes en
nuestro organismo.
Para que se comprenda bien el tema, tengo que explicar
una parte un tanto “farragosa”. Generalmente, con el nombre de grasa, se designa a la unión de varios
ácidos grasos con una molécula de glicerina. Si se une un solo ácido graso con
glicerina, se habla de monoglicéridos (mono = uno), si se unen dos ácidos
grasos a la molécula de glicerina, se habla de diglicéridos (di = dos), pero
los que sin duda conocéis la mayoría de vosotros, son los triglicéridos (tri = tres), los médicos, pedimos habitualmente en
los análisis de sangre, que nos digan “las grasas de la sangre”, el colesterol bueno (HDL), el colesterol Malo
(LDL) y los triglicéridos.
Las grasas,
forman una categoría de lípidos, que se distinguen de otros lípidos por su
estructura química y sus propiedades físicas y dentro de ellas, existen unas,
que son comestibles y otras que no lo son. Naturalmente, nosotros nos
dedicaremos a hablar de las primeras.
También recomendábamos, que las grasas, deben representar entre un 15 y
un 30 % de la energía suministrada al organismo, en forma de alimentos. Pero,
no solo debemos hablar de cantidad, sino
también de calidad. Al igual que os
decíamos que hay unos aminoácidos esenciales, que son indispensables para el
ser humano y que nuestro organismo no puede sintetizar, lo mismo ocurre con los ácidos grasos, existen
unos ácidos grasos, que son esenciales y que por tanto, tenemos que obtenerlos
con los alimentos. Volveremos después a estos ácidos, porque ahora, tenemos que
aclarar algunas otras cosas.
En principio vamos a ver que es un ácido graso1-2-3,
un ácido graso, está formado por una larga cadena de átomos de carbono, enlazados
con dos átomos de hidrógeno, salvo el primero, que se enlaza con tres hidrógenos
y el último, que se une a dos átomos de oxígeno y uno de hidrogeno (se llama
grupo carboxílico) CH3 - CH2
– CH2……………… COOH. Ahora bien, existen varios tipos de ácidos grasos:
1. Ácidos grasos saturados.
Son ácidos grasos sin dobles enlaces (el enlace, son las rayitas que ponemos,
si ponemos – es una,) CH3 – CH2 – CH2 – CH2……
solo tienen un enlace y sus cadenas, son rectas, por eso se pueden apretar unas
contra otras (imaginaros un acordeón si presionamos se aprieta). Las grasas
saturadas, están formadas por la unión de ácidos grasos de este tipo y son sólidas a temperatura ambiente y en el
frigorífico (están apretadas). Ejemplos de ellas, son: Mantequilla, tocino,
sebos, manteca de cacao u otras.
2. Los
Ácidos grasos insaturados, son ácidos grasos, que tienen algunos dobles enlaces
en su cadena CH3 – CH2 – CH2 = CH2…………
(veis, entre el C que ocupa el lugar 3 y el C del 4, existe un doble enlace =),
este doble enlace es un punto de rigidez (es un acordeón que tuviera un fuelle
rígido, solo podríamos apretarlo por ambos lados hasta el fuelle rígido) y así
ocurre en las grasas, las cadenas, solo se pueden apretar hasta el doble enlace
y son más fijas, por eso las grasas que forman, al no poderse apretarse del
todo, suelen ser líquidas a temperatura ambiente. Ahora bien, dentro de estos
ácidos grasos, existen varias clases, y son: a. Monoinsaturados, solo tienen un punto de rigidez (solo un doble
enlace =) y las grasas formadas por
ellos, solo pueden apretarse un poco, hasta donde esté el doble enlace, por eso son líquidos a temperatura
ambiente, pero se solidifican en nevera. Un ejemplo de ellos es el aceite
de oliva. b. Poliinsaturadas, tienen
varios puntos de rigidez, es decir, tienen varios dobles enlaces, por tanto
tampoco pueden apretarse y las grasas que forman son más fluidas. Ejemplos de
ellos, son: aceites de pescado, soja o girasol.
Dentro
de este grupo de ácidos grasos poliinsaturados,
existe un subgrupo, que se obtiene por procedimientos industriales, son las
llamadas grasas trans, no existen en la naturaleza y se obtienen por hidrogenación de grasas poliinsaturadas,
pero al someterlas a este procedimiento, los ácidos grasos, pierden los dobles
enlaces y por tanto, pueden “apretarse más” por lo que a temperatura ambiente
estas grasas, son sólidas. Al mismo tiempo que pierden los dobles enlaces,
sufren otros cambios y estos cambios, pueden dañar a las células de nuestro
organismo, la FAO/OMS, determinó que las grasas
trans, eran incluso más perjudiciales, que las grasas saturadas. ¿sabeis
cuales son estas grasas?, pues son las
margarinas, de las que tantas bondades habéis oído o visto en anuncios de
televisión, radio, etc. (en los últimos tiempos, están fabricando margarinas con menos “trans”, pero de todas formas contienen
un porcentaje importante). También existen en alimentos preparados, como
bollería, pastelería, patatas chips…..
Bueno, pues ya sabemos lo que son Grasas saturadas, grasas monoinsaturadas, grasas poliinsaturadas y
grasas trans.
Para continuar, tenemos que saber de forma sencilla y
concisa, como se realiza la nomenclatura de los ácidos grasos. Vamos a utilizar
el procedimiento del alfabeto griego y solo vamos a decir, que al primer carbono de
la cadena de los ácidos grasos, (ya recordáis la cadena, CH3 – CH2
– CH2……………..COOH), es decir al CH3, le llamamos omega (ω)
y según en qué carbono, se encuentre el
doble enlace (la rigidez de que hablábamos antes) diremos, es un ácido ω 3, si
el doble enlace, se encuentra entre el carbono 3 y el 4, CH3 – CH2
– CH2 = CH2 - ………., si el doble enlace se encuentra entre
el carbono 6 y el 7, diremos que es un ω 6, CH3 – CH2 –
CH2 – CH2 – CH2 - CH2 = CH2
- …………… y si está entre el carbono 9 y 10, se dirá que es un ácido graso ω 9, no es muy difícil ¿no?, bueno, si
consideráis que es difícil, quedaros solo con lo que digo en las conclusiones.
Ahora, hemos de
indicar, que la mayoría de los ácidos grasos, los puede fabricar nuestro
organismo y no solo a partir de las grasas,
a veces, cuando tomamos un exceso
de proteínas o de hidratos de carbono, estos se convierten en grasas. Sin
embargo, existen unos ácidos grasos que se llaman esenciales y que nuestro
organismo no puede fabricar (ya os lo dije más arriba) y por tanto hay que
tomarlos con los alimentos. Estos ácidos grasos, son los ω (omega) 3 y los ω 6. Con los omega 6, no hay
problema de alimentación, las carnes, los huevos y muchas verduras, contienen
éste tipo de ácidos.
Por el contrario, los ω 3, son menos abundantes y se
encuentran principalmente en pescados azules (sardina, arenque, caballa,
boquerón….. ) y algunos vegetales, el aceite de linaza es el que más contiene
(comestible, no el industrial) también se encuentra en el aceite de nuez y en
menor cantidad en aceite de soja( pero
en este caso la cantidad de ω-6 es mucho mayor que la de ω-3).
La Asociación Americana del Corazón (AHA), hizo unas
recomendaciones, que son:
1º. La ingesta diaria de energía en forma de grasas, debe
estar comprendida entre el 15 y el 30 % del total de la recomendada.
2º. El 50 % de las grasas ingeridas, deben ser de ácidos
grasos monoinsaturados como el aceite de oliva, el aguacate y algunos frutos
secos. Tienen un beneficio importante, rebajan “el colesterol malo LDL” y “aumentan el bueno HDL”
3º. El 25 % de las grasas ingeridas debe ser de ácidos
grasos poliinsaturados tipo omega 3 (pescados azules, nueces, avellanas,
almendras, soja) reducen el colesterol
malo, pero sobre todo, reducen los triglicéridos, y los omega 6 (aceite de
soja, girasol, carne, huevos y vegetales) reducen tanto el colesterol bueno, como el malo. Dada la importancia de
este tipo de grasas, hablaremos más extensamente sobre ellas.
4º El 25 % debe ser en forma de ácidos grasos saturados
(tocino, mantequilla, queso, leche y grasas animales). Estas grasas, aumentan “ el colesterol malo LDL” pero parte de
ellos pueden ser sustituidos por monoinsaturados (aceite de oliva). De modo que
si rebajamos la cantidad consumida al 10%, es mucho mejor.
5º Las grasas trans, son artificiales (margarina y
mantecas vegetales) y son las “más
malas”, “elevan el colesterol malo y los triglicéridos” y “disminuyen el colesterol bueno”, además,
como os hemos dicho, pueden dañar a las células.
Ahora, ya, vamos a centrarnos en el tema. Grasas y cáncer.
Ya sabemos que los ácidos grasos ω 3 y ω 6, son ácidos grasos
poliinsaturados esenciales y también sabemos, que la cantidad de ω 6 que
tomamos en la alimentación, generalmente es muy alta, puesto que se encuentran
en carnes, huevos, muchas verduras, aceites de soja y de girasol…. y aportan
una gran cantidad de ácido linoleico (AL), el más importante de este tipo de
ácidos.
Por el contrario, los ácidos grasos ω 3 se encuentra en la naturaleza con mayor
dificultad (hemos dicho, que se encuentra en
pescados azules, en algunos
frutos secos y en el aceite de linaza). La relación de ingesta perfecta entre, ω
3 y ω 6 debería ser 1/1, es decir
deberíamos tomar la misma cantidad de los dos, pero esto hoy día, no se cumple.
Según la AFSSA (Agencia Francesa de Seguridad Sanitaria), existe una relación
entre los ω 3 y los ω 6 que tomamos,
insuficiente, de modo que se toman muchos ω 6 y
pocos ω 3 el desequilibrio puede ser muy importante llegando hasta ser
de entre 1/15, hasta 1/40, esto es
muy desfavorable para la salud, de tal manera, que por esta causa, pueden
aumentar las enfermedades cardio-vasculares y el cáncer4.
Miren, se sabe
que los ácidos omega 6, entre otras
funciones participan favoreciendo la
inflamación, mientras que, los omega
3, son esenciales para crear moléculas antiinflamatorias y sabemos, que uno
de los primeros mecanismos para desarrollar el cáncer, es el proceso
inflamatorio. Por tanto, podemos decir que los omega 6 (por encima de unas cifras adecuadas), son factores que
facilitan el cáncer y por el
contrario los omega 3, lo previenen23. Y ¿porqué creemos esto?,
pues según parece, las enzimas (que
son unas sustancias que intervienen en las reacciones químicas, para
transformar una sustancia en otra), que intervienen en la transformación de los
omega 3, son las mismas que
transforman los omega 6 en moléculas
inflamatorias y ocurre, que si ingerimos muchos omega 6, estas enzimas, trabajan casi exclusivamente para
transformar éste tipo de grasas y “olvidan” o “ignoran” a los pocos omega 3 que hemos consumido, por lo que
estos, no pueden fabricar
antiinflamatorios y por tanto, se puede favorecer el cáncer5-6.
Veamos ahora que nos dice la bibliografía sobre el tema
que estamos tratando.
Existe cierta controversia, por ejemplo, el Dr Khayat4
en su libro de la Biblia Contra el Cáncer, dice que no existen pruebas de que los omega
3, los 6 o los 9, intervengan en la aparición o
prevención del cáncer. Se basa en publicaciones verdaderamente fiables,
como la realizada por MacLean et al. en JAMA (una revista médica de
extraordinario prestigio)38, en ella se concluye que no existe
asociación entre la ingesta de ácidos grasos omega 3 e incidencia de cáncer y también
dice que El World Cancer Research Fund, Food, Nutrition, Physical Activity, and
the prevention of Cancer: A Global Perspective (Informe buenísimo sobre los alimentos
y el cáncer Fundación para la investigación y Prevención del Cáncer) no cita a
los ácidos grasos para nada. Pero esto no es cierto, si cita a los pescados y concluye,
que las evidencias de que la toma de pescados disminuye la incidencia de cáncer son limitadas. Además agrega,
que los beneficios y los perjuicios (por la contaminación del mar) pueden estar
igualados.
Sin embargo, en mi revisión de Pub Med las cosas cambian un
poco, quizá porque mi bibliografía se prolonga hasta finales de 2011 y el informe
de la Fundación antes mencionada, se terminó en el 2007. He recogido naturalmente
las publicaciones que he creído más
representativas.
Existen varios trabajos, que nos indican que un aumento
de la ingestión de ω-6,
redunda en un aumento de cáncer de mama. Por el contrario, si se aumenta la
ingestión de ω-3, la disminución de cáncer de mama
es significativa7.
En
un estudio realizado por el Dr. Williams CD et al. en la Universidad de Durhan (USA)8,
su objetivo era estudiar la asociación
entre los ω 3 y ω 6 y el cáncer de
próstata y se llega a las siguientes conclusiones:
1ª no existe una asociación significativa entre la toma de ω 3 y ω 6 y el
cáncer de próstata. 2ª Sin
embargo, una alta toma de ω 6 y baja de ω 3 (ω 6/ ω 3) si se asoció con una mayor incidencia
de cáncer de próstata de alto grado de malignidad, pero no con bajo grado de
malignidad y 3ª si se consideraba la raza de las personas, la toma elevada
de ω 6 y baja de ω 3, se
asocia con alta incidencia de cáncer de próstata en la raza blanca pero no en
la negra. Un trabajo similar pero referido a cáncer de
colon, da, los mismos resultados, el cáncer de colon aumenta en personas
blancas con un aumento de ingestión de ω-6 y baja en ω-3
y sin embargo en personas afro-americanas, no tiene lugar dicho aumento11.
Es posible (no lo sé, porque los trabajos no lo indican), que esa diferencia,
se deba a influencias genéticas, ya que otro trabajo10, indica que
los genes de la persona, juegan un importante papel en el aumento de cáncer de
próstata y una alta relación entre la toma de ácidos grasos ω-6 / ω-3. Es posible, que ocurra lo mismo en
el cáncer de colon.
Una alta
ingesta de ω-3, se ha relacionado con
una disminución de cáncer de colon, mama, próstata y piel 9-11-12-13-14-15-20-22-39
y también algún trabajo concluye, que disminuye la incidencia de pólipos
(pequeños tumores en principio benignos que pueden degenerar y convertirse en
malignos) en el colon19.
En este
trabajo que os expongo, llevado a cabo por el Dr. Hursting et al. Del Centro de
Investigación y Prevención del Cáncer de Seattle (USA)16, con datos
de 20 países, desde 1973 a 1977, llegaron a las siguientes conclusiones: En su
conjunto, la toma de grasas en general guardaba una correlación con el cáncer
de mama, colon y próstata. A más ingestión de grasas, mayor proporción de
cáncer en estos territorios, sin embargo el cáncer de pulmón y de cuello de
útero, no se relacionó con la toma de grasas totales. La toma de grasas
saturadas (tocino, grasas animales), aumenta la incidencia del cáncer de mama,
próstata y colon, mientras que las grasas monoinsaturadas (como el aceite de
oliva), no se correlacionan con ningún tipo de cáncer. Los omega 3 (aceites de
pescado, nueces, lino) determinan una insignificante disminución del cáncer y
por el contrario, los otros tipos de grasas poliinsaturadas omega 6
(soja, girasol, maíz..)] sí determinan un aumento de cáncer de mama y
próstata, pero no de colon.
Cada,
vez que reviso más bibliografía, voy confirmando el aspecto perjudicial de algún tipo de grasas
(saturadas y omega 6) y el beneficioso de los omega-3 y no solo en lo que se refiere a la prevención, sino
también como coadyuvantes del tratamiento. Así el Dr. Wang et al., comprobaron, que aquellos enfermos de cáncer
de próstata, tratados con sustancias antiandrogénicas (anti hormonas
masculinas) y que presentan resistencia a estas sustancias, pueden mejorarla,
si realiza una dieta elevada con omega 317.
Es
cierto que el siguiente trabajo del Dr Goldfarb et al. de la Universidad de
Tel-Aviv, fue realizado en roedores, pero las conclusiones son sumamente interesantes. Saben lo que
concluyen, pues nada más y nada menos que a los roedores con cáncer que le
extirpan el tumor primario, tardan mucho más tiempo en presentar metástasis,
cuando se someten a una dieta abundante de grasas de pescado (omega-3) y
aquellos otros que presentaban metástasis en el momento de la intervención y
extirpan tanto el tumor primario como las metástasis, aumentan la supervivencia
y retrasan la aparición de nuevas metástasis si se someten en el postoperatorio
a dieta de aceite de pescado. Hay que realizar más estudios en éste sentido, pero
creo, que es recomendable, que las personas que se encuentran en esta situación
(Intervenidas de cáncer, con o sin metástasis), deben aumentar la toma de pescado azul18. En otro
trabajo, se concluye que algunos ácidos poliinsaturados dentro del grupo
omega-3, tienen acción tumorícida (destruyen células tumorales) y coadyuvan en
el tratamiento con citostáticos21.
Finalmente, algún trabajo, señala que el aceite de
pescado, retrasa el desarrollo del linfoma (un tipo de “cáncer de la sangre”
que se descubre habitualmente al “notarse los ganglios inflamados”) y la diseminación del glioma ( un tumor
maligno del cerebro)24-25.
Bueno, creo, que es suficiente y que con algunas dudas, podemos concluir que los ácidos grasos
poliinsaturados tipo omega-6 favorecen el desarrollo del cáncer y por el
contrario los omega-3, lo previenen, lo retrasan y coadyuvan al tratamiento,
tanto quirúrgico como con citostáticos.
Pero y con las grasas
trans, ¿qué pasa?, pues veamos: Está bien establecido y así lo afirma el
comité de Expertos de la OMS/FAO que la toma de ácidos grasos tipo trans,
favorece las enfermedades cardiovasculares y disminuye el HDL (colesterol bueno
de la sangre), de tal forma que aconseja que el consumo de grasas trans sea
inferior al 2%. Dinamarca y Canadá ya en el año 2006, limitaron la cantidad de grasas trans contenidas en bollería,
pastelería, sopas de sobre, patatas chip, etc. al 2% y además obligan a rotular
todos los alimentos que contienen estas grasas. Muchos países de América del
centro y sur, han seguido estas directrices27. Sin embargo, la Unión
Europea y en concreto España que yo sepa no ha incluido esta legislación en la
seguridad alimentaria. Si hemos
encontrado alguna bibliografía que índica, que Sanidad va a introducir este
requisito, pero por el momento no lo he encontrado. Es cierto, que muchas
empresas industriales, lo están
cumpliendo, pero no es obligado y por tanto pueden existir marcas que no
lo cumplan.
Hemos encontrado datos de que las grasas trans, interfieren
en el metabolismo de los ácidos grasos esenciales28, puede influir
en el sistema nervioso, provocando movimientos desordenados29, puede
determinar hepatopatía (enfermedad del hígado) y ejercer efectos oxidantes
sobre la célula30. Tomadas durante el segundo trimestre de embarazo,
puede determinar un crecimiento importante del feto31, puede
determinar arteriosesclerosis, enfermedad coronaria32 y ser
proinflamatorias (favorecer la inflamación)33-34,
En cuanto al
trabajo que nos interesa, grasas trans y cáncer, tengo que remontarme al año
2009, para encontrar una publicación en la que se relaciona la toma de grasas
trans, con un aumento del cáncer colo-rectal en la raza blanca, pero no en
afro-americanos35, sin embargo, el mismo autor, había realizado un
trabajo previo, en el que no encontró, relación de cáncer de colon y grasas
trans. En una mini-revisión de este tema, el Dr. Smith et al, concluye que no
existen datos consistentes que asocien cáncer de colon, mama o próstata con la
toma de este tipo de grasas36. Otra revisión del Dr. Thompson et al.
también concluye en la no relación entre
cáncer e ingestión de grasas trans37.
Hay una cosa que quiero aclarar, los alimentos que
contienen ácidos grasos omega tres son:
1º Los frutos secos, en especial las nueces,
pero muchas nueces tendríamos que tomar para obtener beneficio de estas grasas.
2º
El aceite de linaza (que podemos obtener en algunas parafarmacias,), tiene una
proporción muy interesante de ω-6 / ω-3. Pero resultan que son muy inestables a
la luz y se ponen rancios en poco tiempo, además si se oxidan aparecen los
“radicales libres” (ya os dije que son posibles cancerígenos).
3ª
La fuente más importante de omega-3 son
los pescados en especial el pescado azul, aquí tenemos otro problema, las
aguas actualmente se encuentran muy contaminadas, por dioxinas, mercurio,
arsénico, pesticidas, etc. y muchas de estas sustancias pueden ser
cancerígenas. Entonces ¿qué hacer?, ¿tomamos o no tomamos pescado?, de momento,
os aconsejo tomar más pescados pequeños, sardinas, boquerones, caballa… y tomar menos peces grandes, como atún, cazón,
aguja, etc. Este tema, es tan importante, que otro día, trataremos de la
contaminación de pescados y ganado y de cómo, pueden cambiar las grasas de
estos animales con la alimentación.
CONCLUSIONES.
1ª. Los ácidos grasos saturados contenidos en tocino,
mantequilla y grasas animales en general, pueden comportarse como cancerígenos.
2ª. Los ácidos
grasos monoinsaturados como el aceite de oliva, no están relacionados con el
cáncer, pero como sabemos aumenta el colesterol bueno y disminuye el malo,
reduciendo la incidencia de las enfermedades cardiovasculares.
3ª. Los ácidos grasos poliinsaturados, tipo ω-6, contenidos en mayor proporción en aceites de soja,
girasol, carnes, huevos y muchas verduras
pueden comportarse como cancerígenos.
4ª. Los
ácidos grasos tipo ω-3, pueden prevenir el cáncer de mama, próstata y
colon, sobre todo cuando la proporción de
ω-6 / ω-3, es baja, es decir cuando se consumen pocos ω-6 y muchos ω-3. Además ayudan a retrasar la
aparición de metástasis tras tratamientos quirúrgicos o con citostáticos.
5ª. La mejor fuente de ω-3 son los pescados azules, pero por aquello
de la contaminación, aconsejo consumir preferentemente pescado pequeño,
boquerón, sardina, caballa.
6ª. Las
grasas trans, son muy perjudiciales se encuentran en margarinas, bollería y
pastelería preparada, pizzas precocinadas, conservas que dicen que “contienen
aceites vegetales sin especificar”, posiblemente no sean carcinógenos, pero su
efecto sobre el colesterol es dañino. Aumenta el colesterol malo y disminuye el
bueno, además favorecen la aparición de enfermedades cardiovasculares,
hepáticas e incluso de los nervios motores.
Cuaando compréis margarina o algún alimento procesado, debéis leer su contenido y si no indica expresamente "NO CONTIENE GRASAS TRANS", no lo compréis.
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En el próximo capítulo creo que hablaremos de la Vitamina C y el cáncer,
también es posible, que aclare algunos supuestos beneficios de la misma.