CANCER
Y PARABENOS (CONSERVANTES DE COSMÉTICA).
He decidido
realizar esta publicación, porque algunos amigos/as, han enviado a mi correo, un artículo sobre
los posibles peligros de utilizar unas sustancias llamadas parabenos o
parabenes (las dos formas de nominarlas son correctas). Dichas sustancias, se
añaden como conservantes a muchos productos de perfumería, pero también se
añaden a productos alimentarios y como ese es nuestro tema, alimentos y cáncer, creo que es bueno,
aclarar todos los perjuicios que puedan presentarse con su uso.
Los parabenos o parabenes, son un tipo de compuestos
químicos, utilizados como conservantes. Pero no los busquéis en la lista de
conservantes autorizados con ese nombre, porque no los encontraréis, tenéis que
buscar: Etil parahidroxibenzoato, propil parahidroxibenzoato y metil
parahidroxibensoato y sus sales de sodio. Bueno la verdad es que no tenéis que
buscarlos, son el E
214-215-216-217-218-219.
Todos los
parabenos, pueden utilizarse en la industria cosmética, farmacéutica y alimentaria, los ejemplos, son
innumerables: geles de afeitado, champús, cremas hidratantes y de protección
solar, dentífricos, medicamentos tópicos
y como conservantes para alimentos, se utilizan: para la carne, los embutidos, las verduras,
repostería, salsas de mesa1 etc.
Pero antes de seguir adelante, hagamos un pequeño resumen
de ¿porqué se pudren los alimentos? y
una pequeña historia de los métodos de conservación.
Todos sabemos, que los alimentos frescos, carnes,
pescados, frutas, verduras etc se deterioran con el paso del tiempo y ello se
debe a la acción de los microorganismos, ya sean bacterias, hongos o parásitos.
En la putrefacción, intervienen miles de millones de microbios, que digo miles
de millones, ¡no!, cientos de miles de billones (con b) o quizá trillones,
bueno todo depende de la cantidad de alimento que se pudra. Estos microbios,
pueden ser aerobios (necesitan oxigeno para vivir), pero la mayoría de ellos
son anaerobios (se desarrollan en atmósferas sin oxigeno). También os puedo decir,
que la inmensa mayoría, son saprófitos (no hacen daño a nuestra salud), pero
otros son agresivos y mortales, como el Clostridium tetani (produce el tétanos)
o el Clostridium botulinicum (produce el botulismo) y en menor escala,
salmonellas, colibacilos, etc.
Esto que os hemos contado, lo sabemos ahora, porque
nuestros antepasados, los homínidos, se alimentaban de hojas, tubérculos y
bayas, no está mal, eran alimentos poco contaminados, después, pasaron a comer
carne, pero, gran parte de ella, estaría en estado de putrefacción, porque eran restos dejados por
animales más poderosos (en aquel momento), me imagino lo que sufrirían los primeros
Australopithecus, cuando después de un banquete de carroña, comenzaran los
retortijones de tripas y el cuadro diarreico. Es cierto, que su aparato
digestivo, se iría adaptando para poder ser carroñeros (como buitres, hienas y
otros), después, los homínidos, poco a poco y sea por lo que fuere, desarrollan su inteligencia y de ser débiles,
pasan a ser los seres más poderoso de todo el planeta, cazan animales de todo
tipo, a los pequeños se los zamparían sobre el terreno, pero y con los grandes
¿qué harían?, cuando digo grandes, no me refiero a los dinosaurios, porque estos, habían desaparecido de la faz de
la tierra 65 millones de años antes, me refiero al mamut, el mastodonte, el
rinoceronte lanudo, etc. que de esos si había (y nuestros antepasados se
encargaron de exterminarlos) , ahí comienza la historia de la conservación de
los alimentos (creemos). Al principio vigilarían o esconderían lo cazado, para
que no se lo robaran otros animales, después, lo arrastrarían hasta sus cuevas,
donde la temperatura era más fresca y constante, después, aprenderían (digo que
es posible) que la carne y pescado puesta al sol, se secaba y se conservaba más
tiempo, y con el descubrimiento de que
el fuego podía ser manejado (hace unos 800.000 años), comenzó un tremendo
adelanto, además de asar y cocer los alimentos, cambiando el sabor, el tiempo
que permanecían sin corromperse, era mayor. Es posible también, que algún
cavernícola más inteligente, observara, que el humo del fuego, mantenía a los
alimentos en buen estado. La sal y
después el azúcar, fueron un gran
adelanto en la industria conservera.
Aquí,
tenemos que hacer un inciso, porque, se sabía cómo conservar a los alimentos,
pero, no se sabía, que la putrefacción era debida a los microbios y ahora viene
una pregunta, ¿quién vio por primera vez a los microbios?, estoy seguro, que la
mayoría de vosotros me diréis que fue Pasteur.
Pues no es verdad, los vio por primera vez, Anton
van Leeuwenhoek en 1673, un mercader de paños holandés (pero inteligente,
muy inteligente), que se construyó un microscopio casero (sin duda para examinar
las telas) y comprobó, que mirando a través de sus lentes, veía los movimientos
de unos supuestos “bichitos”. Comunicó su hallazgo a la Royal Society de
Londres, se suscitó algún interés, pero no supieron que “aquellos bichitos” podían estar relacionados con determinadas
enfermedades. Tuvieron que pasar 200 años, para que Pasteur, relacionara a algunos de esos “bichitos” (microbios) con
enfermedades específicas, las que hoy llamamos infecciosas.
A partir del descubrimiento de Pasteur, comienza a
saberse que los microbios pueden destruirse de muchas formas, con el calor, con
radiaciones, con el frio o con sustancias químicas (desinfectantes,
antibióticos, etc) y comienza la época
moderna de la conservación de alimentos, esterilización, pasteurización,
congelación (a muy bajas temperaturas), y utilización de ciertas sustancias
químicas los conservantes.
El número de conservantes que se utilizan hoy día, es muy
elevado y cada país, tiene organismos que regulan o intervienen en la
autorización de los mismos. Por ejemplo, existen conservantes que están
autorizados en la Unión Europea y no en Estados Unidos u otros Estados. Naturalmente el envasado, entra a formar parte
de la conservación, pero en este problema no vamos a entrar.
Es cierto, que en la industria alimentaria, como en todo
tipo de industria, existen unos intereses comerciales, que pueden en muchos
casos ejercer presión para que se autorice un determinado tipo de aditivo.
Pero, para que se produzca su autorización, se tienen que cumplir tres
condiciones4.
1ª Que pueda
demostrarse una necesidad tecnológica suficiente y que el objetivo que se busca,
no pueda alcanzarse por otros métodos económica y tecnológicamente utilizables.
2ª No representen ningún peligro para la salud del
consumidor en las dosis propuestas, en la medida en que sea posible juzgar, sobre
los datos científicos de que se dispone.
3ª No induzcan a
error al consumidor.
En España existe un Organismo Autónomo, adscrito al
Ministerio de Sanidad, que se creó en 2001, con la misión entre otras de
garantizar el más alto grado de seguridad alimentaria, se llama Agencia
Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), que ha participado, en
el proceso de elaboración del Reglamento Comunitario de aditivos alimentarios,
con su aportación, en los grupos de expertos de la Comisión Europea y del
Consejo de la UE y en casi todo los países, existe una organización de éste
tipo, por ejemplo en Estados Unidos la FDA (a la que nos hemos referido en
numerosas ocasiones en otros artículos).
A nivel internacional, existe un Comité Conjunto de
Expertos en Aditivos Alimentarios la JECFA (Joint Expert Commite on Food
Additives) que trabaja bajo los auspicios de la FAO y de la OMS.
Todos estos expertos, recogen los datos toxicológicos de
cada aditivo y determinan el nivel máximo del aditivo en cuestión que no tenga
efectos tóxicos y a partir de ahí, se fija el IDA (ingesta diaria admisible)
con un margen de seguridad muy amplio5.
Ya sé, os he cansado, pero quiero llevar a vuestro ánimo,
que cuando un aditivo se admite, ha pasado por muchos controles de seguridad,
que son personas expertas, que es poco creíble que todas ellas puedan
“venderse” a la industria. Lo que sí puede ocurrir y de hecho ocurre, es que
los efectos tóxicos, por ejemplo, cancerígenos, aparezcan muchos años más
tarde, o que una persona realice una ingesta diaria de un aditivo superior al
aconsejado, cosa improbable, porque el margen es muy amplio, o que determinado
aditivo, se vaya acumulando en el organismo (también posible). Por eso, los
distintos Comités, aconsejan estudiar cada aditivo, pasado un cierto tiempo. Y
actualmente, esos Comités aconsejan utilizar la menor cantidad de aditivos
posibles.
Bueno, pues veamos ya lo que hay sobre la toxicidad de parabenos.
En principio, se han considerado como inocuos, porque los
estudios realizados indican que son prácticamente no tóxicos y porque, se
absorben, se metabolizan y se eliminan de forma rápida.
Pero han comenzado a circular correos, en los que se
achaca a estos conservantes un gran número de reacciones alérgicas. Ya sabéis, que cualquier sustancia, puede
producir cuadros alérgicos en unas determinadas personas y por ello vamos a ver
lo que encuentro en la bibliografía a éste respecto.
Os dijimos, que los parabenos, pueden añadirse a
diferentes formas locales de productos famacéuticos, por ejemplo las pomadas y
cremas de corticoides y qué paradoja, estas cremas, que son utilizadas para
tratar alergias de la piel, pueden a su vez producir alergia y se ha comprobado
que muchas veces, son los parabenos, conservantes añadidos, para matar y evitar el
desarrollo de microbios en los productos (efecto bacteriostático), los que
pueden producirla6.
Ya en 2001, el Dr. Sasseville del Royal Victoria Hospital
de Canadá, nos indica que el conservante ideal, que debe ser eficaz y libre de
efectos alérgicos, no había sido descubierto, también nos dice, que aunque la
industria había tratado de sustituir a los parabenos
por alternativas más seguras, seguían siendo los conservantes más
utilizados ya que eran menos sensibilizantes que la mayoría de los nuevos
agentes7.
Y parece que por el momento el Dr. Sassebille tenía
razón. En un estudio realizado en Japón,
el 10 % de los pacientes que se sometieron a la prueba del parche, para saber
si eran o no, alérgicos a los cosméticos, resultaron positivos. Pero el 7.9 %
eran positivos a los tintes del cabello, 4 % a los perfumes (fragancias), 3.2 %
a la colonia, 2.7 % al alcohol de lanolina, 2.7 % al formaldehido, 1.9 % a los parabenos y 1% al Kathon CG8.
En otros estudios parecidos, se comprobó que el 1.1 % de las personas con
eczema crónico, estaban sensibilizadas a los parabenos, pero multitud de
añadidos, estaban en mayor proporción, como el thiomersal que fue del 11.3 %9-10.
En lo que se refiere a parabenes ingeridos y reacciones
alérgicas, hay poco publicado, pero se nos indica en una revisión realizada de
lo publicado hasta 2001, que no existía una evidencia rigurosa, de que estas
sustancias produjeran muchos cuadros alérgicos11.
Para cerrar lo referente a parabenos y alergia, os tengo
que indicar lo que afirmó el American Council of Science and Healt (Consejo de
Ciencia y Salud de Estados Unidos) en 200612. Los ingredientes de
los productos cosméticos (en este caso), son revisados por científicos
independientes, los evalúan y publican los resultados. Nos dicen también, que
las afirmaciones de peligrosidad, en algunos casos, se basan en estudios de
laboratorio, realizados sobre animales y a altas dosis y yo añado, que muchas
veces ni eso, son personas, que crean
inseguridad en los consumidores, sin basarse en datos científicos. Es cierto
que los científicos se equivocan, por eso es conveniente revisar los datos cada
cierto tiempo. Desde 2006 hasta aquí, ya os he indicado las publicaciones más
significativas y Podemos concluir, que
los parabenos, producen cuadros alérgicos (como todas las sustancias), pero no son los conservantes que produzcan
mayor número de cuadros de este tipo.
Naturalmente si
se usa un cosmético, un medicamento o un alimento que contenga parabenos y
aparece un cuadro alérgico, hay que indicarlo a su médico para que tenga en
cuenta estos productos.
Analicemos ahora la bibliografía de parabenos y cáncer, que realmente es la que nos interesa en este
estudio.
Se dice, que los
parabenos, pueden producir cáncer de mama y ello se fundamenta en dos hechos:
1º Existen estudios que nos indican, que los parabenos se acumulan en el tejido
mamario, alguno de ellos, como el methylparabeno en altos niveles13
y 2º Los parabenos, tienen una cierta actividad estrogénica (estrógenos = hormonas
femeninas)13-14-15.
Como quiera que los tumores de mama, son
Hormono dependientes (ya os hablé de esto en el artículo de la soja), es decir,
su desarrollo depende de las hormonas femeninas, es lógico pensar, que
sustancias como los parabenos, que se absorben por la piel, se acumulan en el
tejido mamario y tienen efecto parecido a las hormonas femeninas, deben
facilitar la aparición y el desarrollo de este tipo de cáncer.
Darbre, del School of Biological Sciences del
Reino Unido, es el que más número de artículos tiene publicados sobre el efecto
de los parabenos y el cáncer de mama y siempre, sus conclusiones son en el
mismo sentido: Los parabenos, en especial el n-propylparaben, se acumulan no solo en el tejido mamario,
sino también en la axila y tejidos colindantes, tienen cierta actividad
estrogénica y pueden desarrollar cáncer de mama. Además se ha comprobado su elevación
(en algunos casos), en tejido canceroso tras mastectomía (extirpación de mama)16-18-19-20-21,
también nos indica este autor, que posee
actividad antagonista androgénica (anti hormonal masculina), que en
teoría, sería bueno para evitar el cáncer de próstata, lo malo, es que según
él, interfiere la función reproductora masculina y además son genotóxicos
(pueden alterar los genes), por ello, tampoco serían aconsejables en el varón17.
Otros
autores, concluyen en sus estudios, que no existen razones para pensar que los
parabenos, puedan incidir en la aparición y/o desarrollo del cáncer de mama22-23
Finalmente
existen publicaciones, en las que se plantea la duda y aconsejan realizar
estudios más profundos para sacar conclusiones24-25-26.
CONCLUSIONES.
1ª
Es
cierto que los parabenos pueden
producir reacciones alérgicas numerosas e importantes, pero como os he dicho antes, otras sustancias utilizadas en cosmética
lo son mucho más. Por eso, bajo este punto de vista, no me inquietaría
mucho. Solo, aquellas personas, que utilizaran cremas, tintes, desodorantes,
etc y tengan algún tipo de reacción, tienen que pensar que son esos productos y
hacer el estudio dermatológico necesario, para llegar a la conclusión de que
los responsables son los parabenos.
2ª
Me
inquieta mucho más, el discutido efecto cancerígeno, genotóxico y de alteración
reproductiva en humanos. Es cierto, que las conclusiones de los expertos de la FDA (de Estados Unidos), FAO/OMS
(Mundial), de la UE (Unión Europea) y AESAN (de España), es que los parabenos, siempre que se utilicen en dosis
recomendadas, no producen estos efectos.
3ª
En
la búsqueda que he realizado (en Pub Med), sí encuentro publicaciones fiables,
que nos indican, que se absorben por la
piel, que se acumulan en el tejido mamario y que además tienen cierto efecto
estrogénico (los estogenos son hormonas femeninas) y los estrógenos, son
hormonas de las que depende el desarrollo del cáncer de mama, puesto que son
tumores hormono dependientes.
4ª
Es cierto, que también encuentro bibliografía, que nos indica que los parabenos, no se comportan como lo hacen
los estrógenos orgánicos y que existen sustancias, como los fitoestrogenos
(sustancias estrogénicas de las plantas como por ejemplo, la daipzeina de la
soja, que pueden tener mayor peligrosidad).
5ª También tenemos publicaciones, en
las que se plantea la duda y que
aconsejan realizar más estudios, sobre
todo epidemiológicos, que confirmen su
peligrosidad para el incremento del cáncer
de mama.
6ª
Que
al contrario que en la justicia, que se aplica la inocencia cuando existe duda
razonable. Aquí, tenemos el consejo de
no usar, cuando exista duda razonable de poder aumentar el cáncer de mama.
7ª
ACONSEJO NO UTILIZAR COSMÉTICOS O MEDICAMENTOS TÓPICOS, QUE CONTENGAN
PARABENOS.
Pero
naturalmente, hasta que se descubra el conservante ideal, hay que utilizar
alguno, no podemos permitir el desarrollo microbiano y las toxinas, que se
pueden producir (a veces muy peligrosas) y la pregunta salta enseguida ¿Qué
conservante es el aconsejado?. Sin duda, me inclinaría por el ácido sórbico y sus sales de sodio, potasio
y calcio.
Para finalizar, quiero deciros que los correos que
circulan por ahí, diciendo que los ¡ parabenos,
venenos! No están muy justificados, ya os digo que solo existe duda y ante
la duda, mejor no usarlos.
Bibliografía:
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enciclopedia libre. es.wikipedia.org/wiki/Parabeno
2. : Conservantes. www.nutricionyrecetas.com/recetas/infoalimenta/conservantes.htm
3. Historia
de la Conservación << Blog Conservas. www.juvasa.com/conservas/2010/11/historia-de-la-conservacion/
4.
Aditivos-AESAN- Agencia Española de Seguridad Alimentaria y…
6.
Nagel JE, Fuscaldo JT, Fireman P.
Paraben allergy. JAMA. 1977 Apr 11;237(15):1594-5.
7. Sassebille D. Hypersensitiviti to preservatives. Dermatol
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8. Minamoto K. Skin sensitizers in cosmetics and care
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estrogenic activity of parabens assessed by proliferation of human breast
cáncer MCF-7 cells and expression of Ralpha and PR. Food Chem Toxicol. 2001
Dec;39(12):1225-32.
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