viernes, 1 de junio de 2012

CÁNCER Y PREPARACION CULINARIA ALIMENTOS


CÁNCER Y PREPARACIÓN CULINARIA DE LOS ALIMENTOS.
            La aparición de un cáncer, puede ser debido a muchos factores, ya lo hemos repetido en muchas ocasiones. Pueden ser físicos (radiaciones ionizantes o ultravioleta), químicos, como benceno, asbesto, quimioterápicos (que pueden curar o retrasar el desarrollo del cáncer, pero que también pueden provocar uno nuevo), virales, como el virus del herpes genital, el de la hepatítis B o C, el VIH. Pero, el factor que más contribuye es el factor alimentario. De modo, que se admite que este último factor, puede estar implicado en la aparición del cáncer en un 35 a 45 % de los casos.
 La composición química de los alimentos, puede variar de forma notable, como consecuencia de los diversos procesos a que se someten en el transcurso de la cadena alimentaria, ya hemos hablado de esto en otros artículos y señalábamos, que por ejemplo, durante el almacenamiento, algún tipo de alimentos como: cacahuetes, avellanas, nueces, almendras y cereales, se contaminaba por un tipo de hongos (Aspergillun o Penicillium), que producen unas toxinas que pueden determinar cáncer hepático, ¿os acordáis de las aflatoxinas? Pues esas son.
Por otro lado, también debéis acordaros, como, algunos conservantes, concretamente  los nitritos y los nitratos, utilizados para matar a los microbios, sobre todo al clostridium botulinicum,  se comportan como carcinógenos, al convertirse esas sustancias en  nitrosaminas   y puede aumentar el número de cáncer de esófago, estómago y de colon-recto (ver artículo de nuestro Blog sobre, cáncer. Nitritos y Nitratos).
Los pesticidas, herbicidas, y disolventes, que contaminan a los alimentos, también pueden jugar algún papel en la aparición de tumores malignos y en el grupo de los edulcorantes, hemos señalado, que  en algunos de ellos, se puede plantear la duda de ser o no ser cancerígenos. Igual podríamos decir de algunos contaminantes ambientales, algunos de los cuales, como las dioxinas, están incluidos como cancerígenos del grupo 1 según la IAR.
Pero lo que queremos plantear hoy, es otra cosa, es saber, si los alimentos, modifican sus propiedades al someterlos a altas temperaturas (cocerlos, freírlos o asarlos) y si estas temperaturas, hacen,  que en  algunos  alimentos, aparezcan sustancias cancerígenas o que pierdan su eficacia anticancerígena aquellos que la tenían.  
Cuando sometemos a los alimentos al calor, estos sufren unas transformaciones físicas y químicas, que afectan al sabor y sobre todo a la composición y valor nutricional de los mismos, pero también se ha comprobado que pueden aparecer unas sustancias con poder cancerígeno.
Los primeros compuestos cancerígenos que se detectaron al someter a los alimentos a la acción térmica, fueron los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAPs), este descubrimiento se realizó en la década de los años 50 del siglo pasado. Estos hidrocarburos, de los cuales se conocen más de cien, se encuentran en el petróleo, carbón mineral y alquitrán, pero también se forman en la combustión de biomasa (madera, estiércol, carbón vegetal, residuos de cosechas), en los motores de combustión (coches, fábricas, etc), en la erupción de volcanes, fuegos forestales, etc. Es decir, que el medio ambiente se encuentra muy contaminado y por tanto los alimentos (pescados, frutas, aceites vegetales, verduras, cereales, carnes…) pueden quedar contaminados, en especial los ahumados y carnes a la brasa8. Estamos hablando pues, de una contaminación que comienza desde que se creó nuestro planeta, aumentó cuando  nuestros antepasados comenzaron a utilizar el fuego y el culmen, lo tenemos en la actualidad, porque estamos rodeados de alquitrán, petróleo, motores de combustión e incendios forestales. Es verdad, que el 45% de la población mundial, sigue utilizando la biomasa, para cocinar y calentarse, pero como hemos dicho, esta, también produce hidrocarburos aromáticos policíclicos y varios de ellos, han sido calificados por la IARC (Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer), como cancerígenos del grupo 2A y 2B y si se trata del carbón, se ha clasificado como cancerígeno del grupo 136. Los productos de la combustión de biomasa, además de ser potenciales cancerígenos, pueden determinar otras alteraciones en el ser humano. Por ejemplo, en dos estudios realizados en la India, se concluye que las mujeres que cocinan con biomasa, tienen mayor porcentaje de depresión y de enfermedades cardio-vasculares, que aquellas otras que lo hacen con combustibles más limpios, como gas licuado de petróleo (propano y butano). Al parecer, los mecanismos que desarrollan estas enfermedades, son, la inflamación sistémica, el estrés oxidativo y ciertas alteraciones de la serotonina en el cerebro15-16.  En otro estudio similar, también en la India, se comprueba mayor número de cáncer de pulmón,  en aquellas mujeres que realizan sus guisos con biomasa,   que en aquellas otras, que los realizan con gas de petróleo19-22.
Posteriormente, sobre 1970, se comprobó, que ciertos alimentos  ricos en proteínas, contenían cantidades apreciables de unas sustancias mutagénicas, que corresponden al grupo de las Aminas Heterocíclicas (Has), de las cuales se han identificado 23 y han sido clasificadas en dos grupos:
a.- Aminas pirolíticas (carbolinas), que se forman a temperaturas superiores a 300º C, a partir de las proteínas y aminoácidos.
b. Aminas térmicas (aminoimidazoazarenos), que también se forman al cocinar a temperaturas inferiores a 300º C, alimentos ricos en proteínas, sobre todo carnes y pescados (en especial las carnes rojas de bovino). Estas aminas, comienzan a formarse a partir de los 100º C, aumentando su formación hasta los 170-200º C.
Estas sustancias, se comportan como mutagénicas y carcinogenéticas, habiéndose comprobado en estudios sobre ratas, ratones y primates, que su ingesta, aumenta de forma estadísticamente significativa, el cáncer de hígado, estómago y colon-recto9.  
Ya hemos dicho, que estas aminas, se forman a partir de las proteínas. Pero el agua que contienen los alimentos, juega un cierto papel. Cuando se exponen los alimentos a altas temperaturas, ciertas sustancias solubles en agua, se sueltan y suben a la superficie, donde están más expuestas al calor que en el centro del alimento, por ejemplo una carne asándose, suelta un liquido rojizo, que sube a la superficie y se calienta más que en el centro. En este líquido, se forman más aminoimidazoazarenos, que en la propia carne, después, cuando es más abundante,  cae en el recipiente que utilizamos para asar, que al estar muy caliente, vuelve a formar  más aminas. Por eso, os recomiendo que la carne asada, no debe estar muy hecha, si está carbonizada, aparece mucho benzopireno (cancerígeno importante), si no nos gusta muy cruda, debemos darle la vuelta con cierta frecuencia a fin de que el agua rojiza que aparece en la superficie de la carne, se evapore rápidamente y no dé lugar a que la impregne, ya que en esa agua van disueltas muchas sustancias cancerígenas. Lo mismo que hablamos de las carnes, ocurre con los pescados y algunos vegetales.
Pero, además, la cocción, produce millones de diferentes combinaciones azúcar-proteínas, llamadas moléculas de Maillard, algunas de las cuales, pueden ser tóxicas y dar lugar  la enfermedad de Alzheimer  o ser mutagénicas e incluso cancerígenas, aunque también es verdad, que otras, podrían ser anticancerígenas11.  
Existen bastantes trabajos que indican que los alimentos ricos en proteínas (carnes, pescados…..) tienen mayor riesgo de producir cáncer en general y en especial de próstata de colon, de pulmón y  de estómago, cuando se someten a altas temperaturas que cuando se someten a una cocción a temperaturas más bajas (al vapor, estofadas o micro-ondas), ello se debe a que como hemos indicado antes, las altas temperaturas, dan lugar a una mayor formación de aminas heterociclicas18-20-24-25-26-27-28-30-31-32 
En una publicación muy reciente, del año 201212, se quiere explicar el mecanismo por el cual, la carne roja procedente del ganado bovino, tiene más riesgo de producir cáncer colorectal, que las carnes de cerdo o cordero. La teoría aducida, es que, en las carnes de bovino, se puede desarrollar uno o varios virus termorresistentes con potencial oncogénico, que pueden desarrollar una infección latente en el colon (como ocurre con el virus del herpes genital en humanos, que son en primera instancia los responsables de cáncer de cuello de útero en la mujer) y al tomar sustancias cancerígenas con los alimentos cocinados, se produce una potenciación sinérgica del riesgo de este tipo de cáncer. Estos virus, no se desarrollan en otros tipos de carne y por ello el potencial carcinógeno, es menor.
En el caso de los alimentos fritos, hay muchas cosas que explicar. Hace más de 6.000 años, que viene utilizándose este procedimiento para cocinar, pero solo desde hace algunos años, se utilizan tantos tipos diferentes de aceite. Quizás, los más empleados, sean el de oliva, soja, girasol y maíz. Una primera pregunta sería: ¿Cuál de ellos es mejor para la salud?. En los capítulos, que hemos dedicado al estudio de las grasas, creo que quedó claro, el aceite de oliva, era el mejor de ellos, por contener una mayor proporción de ácidos grasos monoinsaturados (rebajan el colesterol malo y aumentan el bueno) y poca cantidad de ácido α linoleico (ω6 que reduce el colesterol malo, pero también el bueno), por el contrario, en aceite de soja y girasol los ácidos grasos monoinsaturados se encuentran en una cantidad inferior a los ω6, luego tienen efectos menos beneficiosos. Esto es referente a los aceites crudos. Pero, en lo referente a aceites fritos y cáncer, la AFSSA, realizó un comunicado el 22 de junio de 2005, que decía, que lo que realmente influía en la aparición de compuestos químicos no deseados, no era la composición de los aceites, sino la temperatura a la que se sometieran. Porque los aceites, en contacto con los alimentos y el aire, a medida que se van calentando,  van sufriendo modificaciones  y aparecen una gran cantidad de nuevos compuestos, los llamados compuestos polares muchos de los cuales son tóxicos y algunos cancerígenos y esto, ocurre para todo los aceites13. La mejor temperatura, para que no se formen muchos compuestos polares son los 170º- 180º C, naturalmente esto se puede controlar, si tenemos freidora con termostato o termómetro, pero si disponemos solo de la sartén, entonces, podemos controlarla con el punto de humo que es aquel en el que el aceite comienza a emitir humo y en ese momento es cuando tenemos que controlar la fuente de calor (cocina de gas, de inducción o de otro tipo)porque además, estos humos, son en sí mismos cancerígenos29. Ciertamente, que los alimentos a freír, requieren diferentes temperaturas, por ejemplo los pescados y verduras se fríen en aceite más “frio” que las carne rojas (bueno eso dicen). Esto lo deben decidir las maestras/os de cocina, como eran nuestras madres y/o abuelas, ¡ojo! No estoy discriminando, estoy diciendo lo que pasaba en mis tiempos, las maestras eran nuestras madres, abuelas o bisabuelas de la generación actual.
En el párrafo anterior decíamos, que la composición del aceite es indiferente para calificarlo como bueno o malo para freír. Sin embargo, hay autores, que nos dicen que el aceite de oliva tiene ciertas ventajas sobre los demás14. Nosotros por nuestra parte, podemos deciros que la temperatura de ebullición de los aceites es diferente para cada uno de ellos. El de girasol es de 246º, el de soja, es de 241º C, el de oliva refinádo, es de 225º, el de oliva virgen, es de 215º y el de oliva extravirgen es de 190º. El punto de humo de estos aceites (que es cuando el aceite comienza a emitir los primeros humos y cuando comienza a formar compuestos polares en cantidad), es tanto menor, cuanto menor es el punto de ebullición, luego teóricamente, vosotros mismos podéis deducir, que el mejor, es el  oliva extravirgen (porque es el primero en comenzar a emitir humo), después,  seguiría el de oliva virgen y en teoría el peor es el de soja (porque sería el que necesitaría mas temperatura para emitir los primeros humos). Algunos autores, opinan que el aceite de palma, puede reemplazar al de oliva (para freír), con un costo más bajo34, pero la verdad, es que contiene muchos ácidos grasos saturados.
La segunda pregunta podría ser: ¿debemos reutilizar el aceite para freír? Y en caso afirmativo?, ¿Cuántas veces?. Pues miren, lo ideal, sería utilizarlo una sola vez, porque contendría menos compuestos polares, los malos de esta película. Cuando los reutilizamos varias veces, los compuestos polares, se van sumando, hasta que alcanzan una concentración fuera de “Ley”. La normativa, marca, que la concentración de compuestos polares en los aceites, tiene que ser menor del 25 %, (los buenos restaurantes, deben tener un aparato que mide estos compuestos, que existe en el mercado). Pero y en las casas, que debemos hacer, pues lo que debemos hacer, es no reutilizar el aceite más de dos o tres veces, ya sé, ya sé, esto es prohibitivo para algunas economías, pero estamos hablando de la prevención del cáncer.
La tercera pregunta que podemos plantear es: ¿podemos mezclar varios tipos de aceite (girasol y oliva o soja y oliva) para que salga más barato y obtener un buen resultado sanitario?, la respuesta, es no, porque la temperatura de emisión de humos, como os hemos dicho, es distinta para cada uno de ellos y el aceite de oliva podría recalentarse más de lo debido.
Existen numerosas publicaciones que ponen en relación al aceite frito y a sus humos con un poder genotóxico y un mayor riesgo  de cáncer, sobre todo de pulmón y en espacios cerrados, no solo se influencia el ambiente por las sustancias que se fríen, sino también por el tipo de energía utilizada en el proceso, naturalmente la eléctrica, sería la menos contaminante, después seguiría la de gas y la más perjudicial la de biomasa, en especial la de carbón35-37-38-40-41-43-44.
En la cocción de los alimentos, tenemos que tener en cuenta los siguientes apartados:
A.    Con las medidas que reseñamos a continuación, podemos disminuir el riesgo de presentar cáncer.
1ª. Ya os lo dijimos en el capítulo de las carnes. Una primera medida antes de asarlas, es quitar la “sangrasa” que se forma en la carne cruda, contiene mioglobina y por tanto el grupo hemo, que  puede comportarse como cancerígeno.
2ª. Asar la carne a temperatura no muy fuerte, cuando se forme la sangrasa encima, darle la vuelta varias veces (con ello evitamos que ese liquido quede en su totalidad en la carne).
3ª. Asar las carnes muy ligeramente. Las chamuscadas forman hidrocarburos policíclicos y entre ellos el benzopireno.
4ª. Desechar el líquido que quede en la asadora (es costumbre de muchos, añadirle al bistec o al solomillo la “sangrasa” que queda en la asadora), es mejor no hacerlo porque contiene un concentrado de sustancias cancerígenas.
5ª. Tomar en el postre frutas ricas en vitamina C. Se ha comprobado que personas con bajos niveles de esta vitamina en sangre, pueden presentar un mayor porcentaje de cáncer de colon, si han tomado o van a tomar alimentos sometidos a altas temperaturas 10.
6ª. Para la cocción de alimentos, se recomienda no superar los 100º C. Es por ello que aconsejamos cocer al vapor o estofar, este último procedimiento, consiste en someter a los alimentos, a los que se ha añadido poco agua, a una temperatura suave, hasta alcanzar entre 82 y 87ºC y prolongar el tiempo, hasta alcanzar el punto de cocción deseado. En las casas (donde habitualmente no se utilizan termómetros de cocina) se puede vigilar esto, consiguiendo que el agua, no llegue a hervir (cuando veamos unas pocas de burbujas, bajar llama). Naturalmente las “ollas a presión” debemos proscribirlas.
B.     Con la cocción a altas temperaturas, se da lugar a la aparición de ciertas  modificaciones de los alimentos, que pueden ser de dos tipos:
a.- Beneficiosas:
                  1. La cocción mata prácticamente a todos los microorganismos patógenos.
                  2. La cocción, ablanda a los alimentos y cuanto más blandos o más fluidos son, mejor se digieren, ya que las enzimas de la digestión actúan con mayor facilidad3.
                  3. La mezcla de diferentes alimentos, sometidos a cocción, permiten extraer de su interior algunas sustancias, que mezcladas entre sí, proporcionan un sabor diferente (los guisos). Este apartado, puede ser positivo si el cocinero es un maestro, o negativo, si el cocinero es un “matao”.
                  4. Muchos alimentos de origen vegetal, como las patatas, y las leguminosas (lentejas, garbanzos, alubias, guisantes y soja) y otros de origen animal, como la clara de huevo y la leche. Contienen una sustancia la antitripsina, que se opone a la acción de una enzima la tripsina, indispensable para realizar la digestión de las proteínas. Pues bien, al someter a estos alimentos a la cocción, se destruye la antitripsina y por tanto las proteínas se digieren mejor1-2-4. Por tanto la cocción de estos alimentos es muy beneficiosa.
                  5. Los alimentos también contienen inactivadores de vitaminas como la tiaminasa I (inactiva la vitamina B1) o la avidina (atrapa dos moléculas de biotina), la primera se encuentra en animales acuáticos, como peces y crustáceos, la segunda se encuentra en la clara de huevo. Por tanto la toma  de peces, crustáceos o huevos crudos en abundancia, no es aconsejable. Tanto la tiaminasa, como la avidina, se destruyen con la cocción lo cual reporta beneficios.

      b. Perjudiciales
                  1. La cocción inactiva o disminuye el contenido de los alimentos en vitaminas, en especial las hidrosolubles, como vitamina C y el grupo de vitaminas B. Las liposolubles como la A y la D también disminuyen, pero son más resistentes al calor5.
                  2. En las leguminosas, oleaginosas (soja, girasol, olivo, palma, etc.), acelgas, espinacas, coles e hinojos se encuentra una sustancia, el ácido fítico, su presencia es importante, 2.5 gramos por cada kilo de alimento (en legumbres) y ¿saben que hace el ácido fítico (entre otras misiones)?, pues cada gramo de ácido fítico, secuestra 1 gramo de calcio y estas moléculas juntas, no se absorben, sino que se eliminan por las heces pudiendo aparecer descalcificación. Afortunadamente, esos alimentos además de ácido fítico, contienen una enzima que neutraliza su acción, la fitasa, así, el calcio no es secuestrado y puede absorberse en el intestino. Ahora bien, si sometemos a estos alimentos a la acción del calor (los cocemos los freímos o los braseamos), la fitasa se destruye  y por tanto el ácido fítico queda libre para secuestrar  el calcio. Luego en este caso, la acción del calor en cualquiera de sus formas, es negativa. Según el Dr. Méndez Cobos, podemos evitar que la fitasa se destruya, si añadimos arroz a la legumbres, espinacas, acelgas, coles… que vayamos a cocer. También nos dice que los vegetarianos, tienen suficiente fitasa en sus intestinos, por lo que no tienen problemas de absorción de calcio aunque los alimentos estén cocidos45.

      3. Quiero también recordaros, que las crucíferas (col, coliflor, lombarda, brócoli, etc.) poseen unas sustancias llamadas tioglucosidos y que sobre ellos actuaba una enzima la mirosinasa, y se formaban  isotiocianatos, que son anticancerígenos. ¿No os acordáis?, pues os recomiendo leeros el capítulo de cáncer y crucíferas. Bueno, vamos a lo que vamos, si calentamos a estos alimentos a una temperatura de 90º C durante 15 minutos, se destruye la mirosinasa y las coles coliflor etc, pierden su poder anticáncer. Existe una  excepción el brócoli, rey de las crucíferas, que sigue siendo el rey (como en la canción), porque no pierde su poder, aunque se cueza, se fría o se ase39.
Todas las crucíferas, conservan el poder anticáncer si las cocemos al vapor o las sometemos al microondas21, pero de las microondas quizá hablaremos otro día.
4. Las carnes rojas, asadas, cocidas o fritas, producen un gran número de sustancias cancerígenas, aumentando en especial, el número de casos de cáncer de colon y recto. Esto ocurre en mayor proporción, cuando a  la carne, beicon, chorizos, salchichas,  etc. se les han añadido nitritos o nitratos y se someten a temperaturas superiores a 177º C, por eso los fritos, pueden ser peligrosos6-7.
5. Se han realizado algunos estudios curiosos, por ejemplo, el llevado a cabo por Chem JW, et al. en Taiwan. En este estudio, se comparaban la emisión de hidrocarburos aromáticos policíclicos, en el humo de la chimenea, de tres tipos de restaurantes: chinos, occidentales y aquellos que utilizan barbacoa. Pues bien, la mayor concentración de hidrocarburos la producían los restaurantes con barbacoa, pero los chinos eran los que emitían mayor concentración de benzopireno (hidrocarburo aromático de gran riesgo de cáncer). Saquen sus conclusiones16.
6. En lo que se refiere a las carnes asadas, existen varios trabajos, en los que se concluye que las carnes a la barbacoa, tienen mayor riesgo de facilitar la aparición de cáncer de riñón23, colon o recto, que las cocidas o las fritas porque, en el primer método, se produce una mayor concentración de benzopireno, sobre todo si están chamuscadas (ver capítulo dedicado a la carne).  
7. Otra sustancia formada durante la cocción de muchos alimentos, es la acrilamida, considerada por la IARC como probable cancerígeno humano. Existen varios estudios, que concluyen que la ingesta de esta sustancia, aumenta el riesgo de presentar cáncer de ovario y endometrio, pero no aumenta el riesgo del cáncer de mama y tampoco el de prostata26-33.
8. Tenemos también que prestar atención, a la contaminación de los alimentos por dioxinas (derivado clorado, clasificado por la IARC como carcinógeno del grupo 1) y a la concentración de las mismas en los procesos de cocción, sobre todo en los fritos42. Pero las dioxinas serán objeto de otro capítulo.
CONCLUSIONES.
            1ª. Cuando los alimentos se someten al calor, sufren una serie de transformaciones físicas y químicas, que afectan al sabor y a la composición de los alimentos.
            2ª. Como consecuencia de la acción térmica sobre los alimentos, aparecen unos compuestos cancerígenos, como los hidrocarburos aromáticos policíclicos.
            3ª. Que estos hidrocarburos, se encuentran en el petróleo, carbón mineral, alquitrán, en humos de volcanes en erupción,  fuegos forestales, también aparecen al quemar cualquier tipo de biomasa (madera, estiércol, carbón vegetal, residuos de cosechas..). Por tanto, el uso de estos productos para cocinar, puede determinar contaminación del medio ambiente de la cocina y de los propios alimentos. Estando especialmente contaminados, los alimentos ahumados y los sometidos a la brasa.
            4ª. Que varios hidrocarburos procedentes de la combustión de biomasa, han sido clasificados por la IARC (Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer), como cancerígenos tipo 2 A y 2 B y algunos que proceden del carbón, han sido clasificados del grupo 1.
            5ª. Que ciertos alimentos  con contenido proteico, sobre todo carnes y pescados, pueden determinar la formación de cantidades apreciables de aminas heterocíclicas, que son unas sustancias mutagénicas, genotóxicas y carcinogenéticas.
            6ª. Que a partir de una temperatura de 100º C, comienzan a aparecer  aminas heterocíclicas y van aumentando su formación hasta los 100- 200º C.
            7ª. Que la cocción, produce millones de partículas, llamadas moléculas de Maillard, algunas de las cuales pueden ser cancerígenas.
            8ª. Que los alimentos ricos en proteínas como carnes y pescados (en especial las carnes rojas), cuando se asan o se cuecen, tienen un riesgo significativo de aumentar el cáncer de colon-recto, de estómago y de pulmón.
            9ª. En el caso de los alimentos fritos, aparecen también sustancias, los llamados compuestos polares, algunos de los cuales son cancerígenos.
            10ª. Que la AFSSA (Agencia Francesa de la Seguridad Sanitaria de los Alimentos), realizó un comunicado, que decía, que la aparición de compuestos no deseados de los fritos, no dependía del tipo de aceite utilizado (oliva, girasol, soja, palma…) sino de la temperatura a que se sometían.  
            11. Que para que no se formen muchos compuestos polares en los fritos, debemos freír a temperaturas inferiores a los 170-180º C. Si no disponemos de termómetro, podemos estimar que hemos alcanzado esta temperatura, cuando el aceite comienza a emitir humos (punto de humos), entonces debemos controlar la fuente de calor, porque además esos humos, son cancerígenos.
            12ª. Que aunque la AFSSA diga que el tipo de aceite no influye en la formación de sustancias cancerígenas, aconsejo utilizar aceite de oliva extra-virgen o virgen (la explicación la tenéis en el texto completo). El que más desaconsejo es el de soja.
            13ª. No debemos reutilizar el aceite frito. La concentración de compuestos polares va aumentando, a medida que lo vamos utilizando más veces. La normativa indica que el aceite no debe contener más de 25% de compuestos polares (hay aparatos que los miden), los restaurantes, deben disponer de ellos. En las casas, recomiendo no reutilizar más de dos o tres veces.
            14ª. No debemos mezclar varios tipos de aceites, cada aceite tiene su punto de humos diferente y sería difícil controlarlos.
            15ª. Existen bastantes publicaciones, que indican que los humos y los fritos, aumentan el riesgo de padecer cáncer en especial de pulmón,
            16ª. Las ollas a presión y las freidoras, ahorran mucho tiempo, pero después de lo dicho, es mejor desterrarlas de las cocinas.
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